El consultor Silvio Varrone analiza las principales proyecciones económicas, su impacto en el mundo de los negocios y también en las economías familiares, dada la incidencia de la inflación sobre los salarios.
Inflación, salarios, valor del dólar y brecha cambiaria, acuerdo con el FMI y ajuste, son temas transversales que inciden y afectan decisiones no sólo en el mundo de los negocios, sino también en las economías familiares. Con la mirada puesta en un 2022 que ya llega, el consultor y director de Argefin, Silvio Varrone, analiza la coyuntura económica argentina y algunos problemas estructurales del país que condicionan el crecimiento y bienestar general de la población.
“El nivel de inflación en torno al 51%, de la mano de un alto nivel de emisión monetaria, está condenando al 2022 a tener también una alta inflación”, sostuvo en diálogo con NORTE y amplió: “Por el acuerdo que Argentina debe firmar con el FMI, mal que le pese al gobierno y al país, algún nivel de ajuste en las cuentas públicas deberá haber. Significará ajustar tarifas de servicios públicos, claramente retrasadas, y el precio de los combustibles”.
Respecto al crecimiento del PBI de este año, que rondará el 10%, subrayó: “Con este rebote, mal llamado crecimiento porque habíamos caído en 2020, Argentina se ubica en un PBI per cápita 15% menor al de 2011, reflejando un fenomenal estancamiento y una década perdida”. “El agravante de este proceso es el elevado nivel de la pobreza”, acotó.
“Con el mal llamado crecimiento del 10%, Argentina se ubica en un PBI per cápita 15% menor al de 2011, reflejando un fenomenal estancamiento y una década perdida”, subrayó Silvio Varrone.
Proyectando a 2022, y lejos de coincidir con el cálculo presupuestario del gobierno nacional, el consultor habló de un crecimiento de la economía de un 2%, con una leve baja del déficit fiscal.
Asimismo, con respecto a la brecha cambiaria entre el dólar oficial y los dólares financieros, en base a pronósticos del mundo económico, estimó que será menor en 2022 y rondará el 70%, versus el actual 90-100%. “Esto hace que los agentes económicos tengan muchas dudas sobre cómo ajustar sus precios, si los ajustan con la referencia del dólar oficial o en base al dólar del mercado (en torno a los 200 pesos)”, marcó, resaltando “la incertidumbre en el manejo de los precios”.
En ese contexto y escenario donde hay altas cuotas de incertidumbre, Varrone habló de la importancia de cerrar un acuerdo con el FMI. “En 2022, el gobierno debe pagar al Fondo 19.000 millones de dólares. Por eso necesariamente debe lograr un acuerdo para esta deuda de 45.000 millones de dólares que vence entre 2022 y 2024”, indicó.
“Al ser una entidad cuyos dueños son los gobiernos, el FMI no vendrá a ejecutar a la Argentina, pero no se puede no cumplir con los acuerdos. Por eso, el gobierno va a acordar. Lo ideal sería que lo hiciera lo antes posible, teniendo en cuenta que en marzo de 2022 hay vencimientos con organismos internacionales por 6000 millones de dólares”, recordó, planteando que el país “no tiene los dólares para afrontar esos pagos”.
“El BCRA está recorriendo el camino con el tanque de reserva en rojo”, graficó, dejando claro que “acordar con el Fondo no significa que los problemas desaparezcan”. “Es un factor importante, pero no arregla la debacle argentina”, agregó.
Inversión, la clave del crecimiento
Varrone también resaltó que, para que Argentina crezca, es necesario alcanzar “un nivel de inversión superior al 20% anual, y hoy está entre 15 y 17%”. “Si el país no alcanza los niveles mínimos de inversión para crecer, la creación de empleo privado y la reducción de la pobreza, serán muy difíciles”, advirtió.
En ese sentido ponderó que es posible impulsar el crecimiento porque “empresarios hay, espíritu emprendedor hay y capacidad sobra. Hay mucho talento en Argentina”.
Con este rebote del 10%, mal llamado crecimiento porque habíamos caído en 2020, Argentina se ubica en un PBI per cápita 15% menor al de 2011, reflejando un fenomenal estancamiento y una década perdida. El agravante de este proceso es el elevado nivel de la pobreza.
Al exponer los desafíos de las empresas, en este contexto atravesado por la incertidumbre y los “parches” económicos, Varrone sintetizó en estos ejes que es preciso monitorear:
-El propósito: identificar los nuevos paradigmas del mundo físico-virtual. “Sin propósito, no hay propósito”.
-Las personas: retener el talento y capacitar.
-El modelo de rentabilidad: revisarlo y reformularlo, si amerita. El norte es la sustentabilidad.
-La performance: competitividad en la operación, datos y más datos.
-La productividad: buscar la generación de valor y bajar los costos.
-El mercado: analizar qué potenciar y qué desinvertir.
-Los procesos: ser eficientes a toda escala de la mano de la tecnología y de la digitalización.
-Potenciar el arte de navegar en las turbulencias de la macro del día a día sin perder la capacidad de planificar y ver un poco más allá.
Las empresas deben revisar y reformular su modelo de rentabilidad, si amerita, con el norte puesto en la sustentabilidad.